Miguel Ángel Ramos Pérez, Magistrado del 1er. Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo en el Estado de México, fue separado de su cargo por decisión del Consejo de la Judicatura Federal.
“Durante su desempeño como impartidor de justicia no se ajustó a los principios de excelencia y profesionalismo que exige la Constitución, al contar en su expediente con una sanción que se le dictó por haber hostigado laboralmente a una de sus subordinadas que se negó a sostener una relación sentimental con él”, Juan Carlos Cruz Razo, Consejero de la Judicatura Federal.
El caso del ahora ex magistrado de circuito, Ramos Pérez, inició hace 5 años.
“El Pleno del Consejo de manera unánime, decidió que la conducta en que incurrió y que motivó que en el 2006 fuera suspendido 6 meses sin goce de sueldo, le impide seguir desempeñándose como juzgador federal, por lo que a partir del 24 de mayo, fue separado de su cargo”.
El Consejo de la Judicatura Federal lamenta que estas conductas no sólo afectan a quienes son objeto de las mismas, sino también a la sociedad y a las instituciones.
“Sobre todo en el caso del Poder Judicial de la Federación en el que recae la delicada tarea de impartir justicia, cuyos integrantes es necesario que se conduzcan tanto del ámbito público como en el privado, con decoro, probidad, honradez, sencillez y profesionalismo”.
Puntualizó que a los juzgadores no sólo se les debe exigir preparación en su labor, sino también ser confiables para que los justiciables y quienes colaboran con ellos, tengan la certeza de que están ajenos a pasiones, vicios o inclinaciones que puedan influir en su desempeño.
Miguel Nila