La cadena perpetua de Miguel Cavallo
27/10/2011 Deja un comentario
En el Tribunal Oral Federal Número 5 de Buenos Aires, Ricardo Miguel Cavallo ocupó uno de los 18 banquillos de los acusados de delitos de lesa humanidad en la última dictadura militar de Argentina.
Con extrema frialdad, Cavallo escuchó el fallo del juez que lo condenó a cadena perpetua.
Lo encontró culpable de 86 delitos, incluidos secuestro, tortura y desaparición en la Escuela de Mecánica de la Armada, considerada el mayor centro de detención de la dictadura militar entre 1976 y 1983.
Este negro episodio contra los derechos humanos en Argentina comenzó en 1970 cuando Ricardo Miguel Cavallo se enroló en la Marina Armada de Argentina.
6 años después ya era teniente de fragata y uno de los principales represores de la dictadura militar.
Entre 1981 y 1984 fue premiado con la Agregaduría Naval en Francia, pero al volver a Argentina enfrentó cargos por 227 desapariciones, 110 secuestros y torturas… No obstante, terminó siendo beneficiado por las leyes de amnistía.
Libre de proceso, Cavallo abandonó Argentina y en 1989 llegó a radicar a México.
10 años después su empresa Talsud consiguió la adjudicación del Registro Nacional de Vehículos, lo que provocó rechazo generalizado ya que los datos personales de millones de mexicanos estarían en manos de un particular y, para colmo, extranjero.
La historia de éxito empresarial de Ricardo Miguel Cavallo en México terminó el 24 de agosto de 2000, cuando se dio a conocer su negro historial como represor de la dictadura militar argentina.
Ante esto intentó escapar y regresar a su país.
Sin embargo, la Interpol lo detuvo en el aeropuerto de Cancún, minutos antes de abordar un avión con destino a Buenos Aires.
Fue encarcelado en el Distrito Federal.
En 2003 el gobierno mexicano autorizó su extradición a España, donde el juez Baltasar Garzón lo juzgó por genocidio, terrorismo y tortura.
5 años después, en el 2008, fue extraditado a Argentina.
Este jueves Ricardo Miguel Cavallo, alias “Serpico”, cumplió su primer día de condena a cadena perpetua.
Francisco Barradas Ricardez