Ministras, magistradas, juezas secretarias de estudio y cuenta, auxiliares administrativas y recepcionistas.
Todas ellas tiene algo en común, trabajan en el Poder Judicial de la Federación y están al tanto de su familia, de sus hijos.
“Jurídicamente aportamos opiniones que son válidas para un proyecto y cuando éste se aprueba es una gran satisfacción… Mis hijos son el motor de mi vida por el cual hago mi labor con más felicidad”, Hilda Marcela Arceo Zarza, Secretaria de Estudio y Cuenta.
En la Suprema Corte de Justicia trabajan mil 457 mujeres, 958 son mamás.
A nivel nacional existe un programa de atención a mujeres pensionadas y de ellas 893 son mamás.
Algunas de las que están en activo llevan varias décadas al servicio del Poder Judicial Federal, en este tiempo han visto crecer a sus hijos.
“Ya crecieron y están en la Universidad ya van a terminar. Ellos han visto el esfuerzo que pone uno y luego es esta edad ya me ayudan y dicen mamá yo lo hago, tu descansa y se siente bien que ellos vean que uno se esfuerza por sacarlos adelante”, Rosalía Bolaños.
“Si es muy difícil pero no imposible se puede lograr a base de trabajo y dedicación, de siempre escucharlos y nunca decirles no tengo tiempo o ya estoy cansada, porque con el tiempo todo lo pagas”, Leticia Rosas Garza.
El Consejo de la Judicatura Federal cuenta con más de 12 mil trabajadoras, la mayoría de ellas son madres.
Para cumplir con su trabajo sin descuidar a su familia ellas tiene algunas estrategias.
“Yo tengo mis dos chiquitas aquí desde muy temprano y las llevo luego al CENDI y ya en la tarde las mamás nos turnamos, nos coordinamos y una semana va una y una semana otra”, Alma Reyna Vega Méndez.
“Sólo levantándote muy temprano, empezar el día muy tempranito… no queda más que organizarse”, María Elena Sandoval.
“Me tengo que acoplar a los horarios, ir por ellos a la primaria y traerlos a la Estancia, yo ocupo mi hora de comida para hacer esto”, Patricia Pérez Victoria.
Aún así, dejar a los hijos en la escuela, o en la guardería, para irse a trabajar no siempre es fácil.
“La obligación te hace, por ejemplo, hablar con ella y decirle que la amo y que si hago esto es por ella. Y le prometí que llegando a la casa vamos a estar juntas. Entonces hoy me apuro a mi trabajo para llegar temprano a casa y estar con ella y cumplir lo que prometí Es difícil porque el corazón se te parte”, Araceli Meza.
“Ser mamá es una gran responsabilidad, son muchos dolores de cabeza pero ver sonreír a mi hija es el pago de todo el sacrificio”, Guadalupe González.
El compromiso y la entrega de estas mujeres que cumplen una doble función, como madres y como profesionistas, enriquece el trabajo del Poder Judicial de la Federación.
Verónica González