En un mes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación obtuvo dos reconocimientos del máximo organismo internacional en materia de derechos humanos.
El 10 de noviembre la UNESCO registró en la Memoria del Mundo los expedientes vinculados con el caso Radilla.
Con ello distinguió a la Suprema Corte.
Se reconoció que se atendió la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y se establecieron lineamientos para las medidas de reparación por la violación de diversos derechos humanos en el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla en 1973, a manos del Ejército mexicano.
“En este caso hay un conjunto de cuestiones importantes, la primera de ellas por supuesto, la relevancia y la dimensión del caso Radilla, sobre todo la relación con la protección y promoción de los derechos humanos, en este caso la violación de los derechos humanos, pero por supuesto para proteger y promover los derechos humanos es importante también tener este registrar este histórico de violaciones para que no se vuelva a repetir”, Guilherme Canela, Srio. Comité Latinoamericano y Caribeño Programa Memoria del Mundo UNESCO.
La Memoria del Mundo preserva el Patrimonio Documental de Importancia Mundial.
Ahora los expedientes del caso Radilla generados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, figuran junto con la caída del Muro de Berlín, el proceso contra Nelson Mandela, el Diario de Ana Frank y, testimonios del Holocausto, entre otros.
“Y este reconocimiento implica tres cosas importantes, primero la preservación o sea, la Suprema Corte mexicana se compromete con eso a preservar este documento, la segunda cosa importante es que implica acceso, o sea que la gente, los investigadores, los interesados, los historiadores, pero también la gente común tenga acceso a este documento, por supuesto respetando las cuestiones de preservación y finalmente divulgación, o sea esto que estamos haciendo acá, que la gente sepa que este documento existe y cuál es su importancia para la historia de México y para la historia de la región”.
Un mes después, el 10 de diciembre, la ONU entregó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Premio Naciones Unidas en Derechos Humanos 2013.
Primera vez en la historia del premio que se otorgó a un tribunal.
“Al Ministro Presidente Señor Juan Silva Meza quien recibirá el premio en nombre de la Suprema Corte de Justicia Mexicana… De parte de Naciones Unidas, este premio es presentado a usted en reconocimiento a su destacada contribución para la promoción y protección de los derechos humanos y libertades fundamentales”, Michel Tommo Monthé, Vicepresidente Asamblea General ONU.
Fue entregado por el esfuerzo de la Suprema Corte para promover y proteger los derechos humanos en México.
Así como por contribuir y asumir los compromisos internacionales y regionales de derechos fundamentales.
“La Corte Mexicana ha logrado progresos considerables en promover los derechos humanos a través de sus interpretaciones y fortaleciendo la Constitución mexicana y sus obligaciones en el derecho internacional”.
“Merecen ampliamente este reconocimiento hoy en las Naciones Unidas… Estamos juntos en esto y sólo podemos triunfar juntos, si estamos juntos en la búsqueda de una vida digna para todos”, Jan Eliasson, Vicesecretario General ONU.
“Quisiera volver a citar las sabias palabras de Nelson Mandela: después de subir una montaña difícil sólo se ve allí que quedan muchas otras montañas que hay que subir, subámoslas juntos”, Remigiusz Achilles Henczel, Presidente Consejo Derechos Humanos ONU.
En el diálogo interactivo después de recibir el premio, esto dijo el Ministro Presidente, Juan Silva Meza.
“La Suprema Corte de Justicia de la Nación mexicana nos gustaría definitivamente visualizar que en 20 años los tribunales del mundo fueran particularmente atentos al deber democrático de proteger los derechos humanos en plenitud, con autonomía y con independencia”.
En un país democrático, el Máximo Tribunal Constitucional, dijo, es el último eje de defensa para el ciudadano.
“Los tribunales responsables de resolver las controversias que se presentan en la vida social están a cargo, en un país democrático, de servir como la última línea de defensa en la construcción de sociedades pacíficas y armónicas en las que los derechos de todos sin importar condiciones personales económicas sociales, sean respetadas bajo el principio de igualdad, en este sentir, el trabajo de los tribunales, de las cortes supremas constituye en la mejor garantía que puede haber para que la vida social en libertad pueda llevarse a cabo cotidianamente”.
El premio fue entregado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Lorena Sánchez Cabrera