A un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, ha sido un fracaso por fallas de origen y por la cooptación de la industria alimenticia.
Así lo señalaron representantes de organizaciones no gubernamentales que integran la Alianza por la Salud Alimentaria.
“Vemos que de todo lo que se ha estado estableciendo como esta estrategia realmente no se ha hecho nada y por eso expresamos que es un real fracaso y porque es un fracaso porque está cooptado por la industria porque no se le está dando los criterios que deben ser”, Xaviera Cabada, Representante El Poder del Consumidor.
Denunciaron que los criterios nutrimentales y las regulaciones que se establecieron en la estrategia fueron establecidos por la industria alimenticia.
Pusieron como ejemplo la publicidad de productos chatarra que sigue llegando a gran parte de la población infantil.
“Esta regulación solo establece límites para la publicidad que se realiza a través de dos medios, de televisión y cine, qué pasa con el resto de la publicidad que llega a la infancia, no está regulada”, Alma Meneses, Red por los Derechos de la Infancia.
Denunciaron que el etiquetado de los productos con altos contenidos de azúcar no es claro y crea confusión entre los consumidores.
Señalaron que los lineamientos para combatir la obesidad de los menores dentro de las escuelas tampoco han dado los resultados esperados.
“No han recibido capacitación, estos lineamientos todavía no se traslucen en un programa efectivo, en un programa que tenga seguimiento, que tenga evaluación”, Jorge Ramírez, Fundación Interamericana del Corazón.
Lamentaron que los ingresos obtenidos por el impuesto especial a bebidas azucaradas no se han aplicado a programas de prevención y a la instalación de bebederos en las escuelas.
Explicaron que este impuesto sí ha logrado bajar en un diez por ciento el consumo de refrescos, sin embargo aún no se sabe si esto ha tenido un impacto en la reducción de la obesidad.
Juan Carlos González