Segunda parte de la entrevista a Estela De Carlotto
19/01/2016 Deja un comentario
Su esposo, secuestrado y torturado; al igual que su hija, a quien despojaron de su bebé recién nacido, para cambiar su identidad y desaparecerlo.
Celebra que ya haya castigados.
“Más de 600 ya hay juzgados y condenados en cárceles comunes sin ningún tipo de privilegio, porque quieren cárcel domiciliaria, alegan enfermedades, luego sabemos que no existen, que mienten, nosotros pedimos eso, cárcel común y castigo y los castigos son muy fuertes, cadena perpetua generalmente”.
Estela de Carlotto asegura no hablar de horrores innecesarios, sino de verdades absolutas, que prenden mucho en una sociedad, comprometida a que dichos abusos, nunca se vuelvan a repetir.
Familias embargadas por la tristeza y el dolor ante la desaparición del ser querido, pero al mismo tiempo, fuertes en unidad.
Su caso, el de su nieto, Ignacio, arrebatado de su madre y criado con otra familia, llevó a Estela de Carlotto por una búsqueda incansable de 36 años, que al final, arrojó resultados.
“Y en el año 2014, el 5 de agosto, me da una jueza que ya había restituido a otros nietos personalmente la noticia de que lo habían encontrado, bueno, a través de nuestra lucha y a través de la sangre que dijo en un 99.99 etcétera, etcétera, que era nuestro nieto, fue una alegría enorme, un festejo institucional, un festejo social, un festejo de muchos países del mundo, y la alegría infinita de tenerlo, de que está muy bien, de que estamos juntos y de que ahora sabe quién es y el día que sea padre va a poder decirle a su hijo también quien es y de donde viene”.
Tan sólo una de las miles o quizá decenas de miles de historias de desapariciones forzadas en el mundo.
Como en México, con uno de los casos más recientes y conocidos a nivel internacional, el de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, visto en la siguiente y última entrega de este trabajo, desde la óptica de Estela de Carlotto.
Oscar González