A sus 69 años de edad, Doña Ana tenía pocas esperanzas de vida, una enfermedad de corazón, diagnosticada desde su adolescencia, comenzó a hacer estragos en su salud.
“Hace algunos años empecé con los problemas, empecé a marearme, empecé a no poder tener estabilidad para caminar, la pérdida de la memoria y así otros síntomas que tenía y me revisó un médico y me dijo que era necesaria la operación”, Ana Martínez, Paciente.
Debido a su avanzada edad, fue una de las candidatas idóneas para practicarle el implante de válvula aórtica por catéter y ya no por cirugía a corazón abierto.
“Es el tratamiento más novedoso que hay ahorita no sólo nacional sino en el mundo y por eso estamos muy orgullosos porque son pacientes tremendamente graves, prácticamente destinados a morir a muy corto plazo y que les ofrece la oportunidad de recobrar su esperanza de vida y buena calidad de vida”, Dr. Moisés Calderón, Dir. Hospital de Cardiología CMN Siglo.
Es la primera vez que este procedimiento se realiza en México, fue en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde este mismo lunes, Doña Ana fue dada de alta.
“Feliz y le doy gracias a Dios porque me puso nuevamente en el camino y me permitió regresar a lado de mis hijos”.
Se estima que el implante de válvula aórtica para pacientes de la tercera edad se ha realizado 6 mil veces en el mundo, dos mil 500 en América Latina y en México apenas dos.
La técnica consiste en la colocación de una válvula cardiaca auto expandible ante una obstrucción arterial que impide el paso de la sangre.
“Aquí lo que estamos haciendo es introduciendo el sistema y la válvula ya montada en el catéter, lo estamos introduciendo en la paciente a través de la arteria femoral, esto se hace en una sala de hemodinamia que es una sala de rayos X”, Dr. Joel Estrada Gallegos, Jefe de Hemodinamia, Hospital de Cardiología Siglo XXI.
El procedimiento, requiere la participación de un equipo multidisciplinario de 10 especialistas, entre cirujanos, hemodinamistas, anestesiólogos, cardiólogos, entre otros.
Martha Rodríguez