Origen de la flor de cempasúchil

Flor de muertos, dualidad entre la vida y la muerte, es el cempaxúchitl, tradición mexicana del Día de Muertos.

Zempoal- Xóchil significa veinte flores, lo que el dios azteca Huitzilopochtli concedió como una forma de señalar las tumbas de los difuntos.

El cultivo de esta flor se extiende principalmente por los estados de Chiapas, Estado de México, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz.

En Xochimilco es en donde principalmente se cultiva la flor de cempasúchil, tradicional del Día de Muertos, esta planta es muy noble y se da principalmente en esta época del año.

La producción de la flor de cempasúchil inicia cada año en el mes de julio y se encuentra lista para las festividades de muertos en noviembre.

Los precios oscilan entre los 15 y los 35 pesos por planta.

Los creyentes de esta tradición, compran la flor para adornar sus altares y rendir tributo a sus muertos.

Cempasúchil es una flor compuesta, que varía en las tonalidades anaranjado a amarillo, es muy aromática y puede alcanzar alturas de entre 50 y 100 centímetros.

También tiene usos medicinales y sus pétalos se extraen y mezclan con el alimento de las gallinas ponedoras para lograr el intenso amarillo de la yema de huevo.

Martha Rodríguez

El espíritu de los niños que fallecieron regresa cada primer día de noviembre

Aquí descansan los restos de niños que murieron el siglo pasado.

Bajo la sombra de los árboles, entre flores marchitas, cruces y figuras divinas.

Algunos vivieron menos de un año, tal vez por eso sus tumbas parecen cunas.

En el Cementerio de Xoco, al sur de la Ciudad de México se cuentan historias sobre ellos.

“Donde está la tumba de mi mamá ahí, al lado está la tumba de un niño; y ahí hay un monto de juguetitos, soldaditos y luego cuando voy a ver a mi mamá encuentro ahí soldaditos carritos y digo pues que se saldrán a jugar aquí o qué… porque nadie los agarra esos juguetitos”.

Según la tradición el espíritu de los niños que han muerto regresa cada primer día de noviembre…La creencia es una fusión de ideas prehispánicas y católicas .

“Siempre se consideró que los niños, en la época prehispánica eran almas puras, ya en la época colonial y de ahí en adelante que los niños no mueren igual que los adultos sino que se convierten en ángeles”, Dr. Roberto Bermúdez, Centro de Estudios Sociológicos UNAM.

La fiesta de los muertos chiquitos es diferente a la de los adultos, porque se cree que en ellos no hubo pecado.

“Cuando muere un niño no es un velorio propiamente sino hacen una fiesta porque el niño se vuelve ángel, entonces le llevan música, comida los juguetes que le gustaban… No puede revolverse el llanto y el tipo de plegarias para un alma condenada a las de un alma que está en un lugar divino, por naturaleza”.

Las ofrendas y los altares que se tienden en iglesias y hogares, tienen colores distintos, el blanco es el de los niños… Además se ponen flores de cempasúchil.

“La tradición original es ponerla desde antes del día de los niños como caminos y luego una cruz, esto es para que el muerto si anda perdido encuentre el camino hacia la ofrenda… Los niños igual como son más juguetones dispersos necesitan más esa indicación”.

También se acostumbra visitarlos en el cementerio.

Vienen y les dejan juguetitos el día de su cumpleaños les dejan juguetitos, el día de muertos también, les dejan soldaditos, hasta una bicicleta o un triciclo les han llegado a dejar… Viene gente a lavar sus tumbas, y estar un rato ahí con ellos, a veces se traen su radio y están cantando”, Martha Chávez, Administración Panteón de Xoco.

Así recuerdan los mexicanos a sus muertos chiquitos, con alegría y dolor, tratando de cubrir esa necesidad de trascender la vida, de creer que hay algo más allá de la muerte.

Verónica González

Flores de cempasúchil

Cempasúchil, flor de muertos de los aztecas, lo que el dios Huitzilopochtli les concedió como una forma de señalar las tumbas de los difuntos.

Zempoal- xóchil significa veinte flores, y simboliza la dualidad entre la vida y la muerte.

Esta flor ha estado ligada en México al culto de los fieles difuntos.

“Que el amarillo es la guía de los difuntos que vienen a visitar a su familiares y los familiares los esperan también, los esperan con ofrendas”, Enrique Cervantes.

Su origen se centra en México; su cultivo se extiende principalmente por los estados de Chiapas, Estado de México, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz.

En Xochimilco es en donde principalmente se cultiva la flor de cempasúchil, tradicional del Día de Muertos, esta planta es muy noble y se da principalmente en esta época del año.

Cempasúchil es una flor compuesta, que varía en las tonalidades anaranjado a amarillo, es muy aromática y llega a alcanzar alturas de entre 50 y 100 centímetros.

La producción de la flor de cempasúchil inicia cada año en el mes de julio y se encuentra lista para las festividades de muertos en noviembre.

“Cuando ya la planta está en crecimiento se da su abono, se le da de comer como decimos nosotros vulgarmente aquí, le damos de comer, le damos abono, la fertilizamos”, Enrique Cervantes.

Los precios oscilan entre los 10 y los 35 pesos por planta.

“Vendemos como 2 mil plantitas entre 15 días antes de los muertitos… Viene mucha gente? si, bueno este mercado apenas se está dando a conocer por eso es muy poca la venta”, Lucina Martínez, Comerciante.

Aunque es utilizada para adornar altares, la flor de cempasúchil también tiene usos medicinales y sus pétalos se extraen y mezclan con el alimento de las gallinas ponedoras para lograr el intenso amarillo de yema de huevo.

Martha Rodríguez