“Yo desayuné con el asesino de Trotski”

El asesino del político ruso León Trotski estuvo preso primero en el Palacio de Lecumberri y después en el Penal de Santa Martha Acatitla.

Allí un estudiante mexicano de derecho de 18 años se entrevistó con él a finales de los años cincuenta.

Eduardo Luis Feher pasó un día en la prisión con Ramón Mercader del Río, asesino de Trotski.

“Me recibe un tipo de 1.80 de alto, pelo muy corto, ya entre cano, unos cincuenta y tantos años, una bata blanca impecable, parecía médico de un hospital privado aquí en México, anteojos de oro puro, una pluma sheaffer de los años cincuenta, muy caras en la época y muy elegante y me dice, ¿ya desayunaste?” .

El ahora miembro de la Academia Nacional de Historia lo describe como un hombre muy atento y culto pero introvertido.

En la conferencia “Yo desayuné con el asesino de Trotski” en el Instituto De Ciencias Penales relató la historia del homicida.

Mercader del Río era hijo de un burgués catalán y una comunista cubana.

Fue entrenado muy cuidadosamente como espía en la Unión Soviética.

Recordó que cuando Stalin se quedó en el poder comenzó a perseguir a Trotski por el mundo.

Al final el gobierno mexicano le dio asilo.

“Le escribe a Diego Rivera que si puede interceder con el General Cárdenas para que se dé una visa humanitaria a Trotski y otra a su esposa Natalia Sedova”.

Mercader logró infiltrarse en el círculo más cercano de Trotski hasta que cumplió su misión de asesinarlo.

Cuando fue capturado por los servicios secretos mexicanos no dijo nada durante dos años a pesar de las torturas.

Eduardo Luis Feher es autor de 32 libros, muchos de los cuáles han sido traducidos al búlgaro, húngaro y hebreo.

Emmanuel Saldaña