Faltan exactamente 30 días para que inicie el Mundial de Futbol en Brasil y hay grandes pendientes en obras.
Tres estadios, los de Sao Paulo, Cuiabá y Curitiba están inconclusos.
En este último aún faltan por instalarse más de diez mil asientos y dentro de dos días celebrará su primer partido oficial de prueba.
En otros, apenas se están construyendo los estacionamientos y faltan las salas de prensa.
“Tenemos mucho trabajo por hacer todavía. No es fácil armar un torneo como este tan complejo y Brasil es un gran país. Así que para nosotros, el Comité Organizador Local, estamos cien por ciento enfocados en los servicios para los equipos y sus fanáticos. Todos los vuelos, transporte terrestre entre el equipo y los estadios”, Saint-Clair Milesi, Dir. Comité Organizador FIFA.
Ya son ocho obreros muertos durante accidentes de trabajo en los 12 estadios sede, lo cual obligó a las autoridades a suspender temporalmente las obras.
Los aeropuertos también presentan importantes retrasos.
Turistas que ya se encuentran en Brasil, reportan fallas en internet y redes de telefonía.
Alrededor de 3 millones de personas asistirán a los 64 partidos del Mundial.
Los altos costos que destinó para la construcción y remodelación de estadios fue lo que desató las protestas de los últimos meses.
48 % de los brasileños rechazan la celebración del Mundial.
El gobierno ha gastado once mil millones de dólares.
En Sao Paulo, conductores de autobuses de 19 compañías convocaron hoy a una nueva huelga.
Reclaman aumento salarial y mejores condiciones de trabajo.
Afuera del Estadio Arena de Corinthians, 2 mil quinientas familias continúan, por segunda semana consecutiva, instalados afuera de inmueble.
En Río de Janeiro, hace cinco días el Sindicato de la Policía amenazó con un paro nacional durante el Mundial si no se logra un acuerdo con el gobierno de Dilma Roussef.
150 mil agentes policiales y militares serán desplegados en las 12 ciudades sede para controlar posibles protestas.