Las consecuencias de las sequías que cada vez son más frecuentes en el país, podrían ser muy graves si se insiste en solo atender sus efectos inmediatos, afirmó el catedrático universitario, Delfino Hernández Láscares.
La persistente falta de humedad, podría convertir grandes superficies en el norte del país, en terrenos arcillosos y en consecuencia, improductivos.
“Y la arcilla cuando se endurece, deja infértil a los suelos, entonces y la arcilla muchas veces con la humedad se convierte en una arcilla chiclosa que también hace daño al suelo y la otra es la enorme, la enorme deforestación que estamos generando”.
Puntualizó que la sequía genera desequilibrios en la ecología y la fauna, así como mortandad en el ganado; además, de los efectos que tiene sobre la población.
“Sequías van acompañadas de hambrunas y allí está el riesgo para mí, de que podemos tener brotes sociales, que quien sabe como giren, si no podemos atención a este problema”.
Recordó que el 82 por ciento del territorio nacional, recibe precipitaciones pluviales por debajo de los niveles óptimos de humedad, por lo que de no implementar políticas que ayuden a prevenir los efectos de la sequía, la parte norte del país se transformará en una zona árida, propiciando hambruna por la falta de alimentos y migración
“Entonces las consecuencias son graves, son alimento, migraciones, muerte de ganado, desde luego que acompañado de un tremendo desempleo, hambruna, problemas sociales y los problemas económicos muy altos”.
Indicó que las autoridades deben voltear a las universidades y centros de investigación, y destinar 2 mil millones de dólares en los próximos 10 años, para generar estrategias que permitan aprovechar las aguas pluviales, recargar los mantos acuíferos, programas de riego y protección del ecosistema para revertir este desalentador panorama.
José Luis Guerra García