La ética y el abogado

Son decenas de jóvenes que en su mayoría, no rebasa los 18 años de edad.

Inician el estudio de las leyes en la facultad de derecho de la UNAM.

Juntos, en el Auditorio Jacinto Pallares de la Máxima Casa de Estudios, escucharon, atentos, la conferencia titulada: “La ética y el abogado”.

La impartió uno de los abogados más conocidos en México.

Nacido el 6 de septiembre de 1930; es Licenciado y Doctor en Derecho.

En la constancia de examen de grado, le fue otorgada la calificación aprobatoria: “Magna Cum Laude”, que en latín significa: “Con grandes alabanzas”.

El Doctor Raúl Carrancá y Rivas, quien les habló de la importancia del criterio ético y de su inseparabilidad del criterio jurídico.

“El deber del abogado pienso yo, sostengo yo, es conjuntar estas dos entidades formando una unidad que los puede y los debe hacer abogados juristas, que es el gran ideal y la idea del derecho”.

Distinguido con la Medalla de Oro al Mérito Académico, el Doctor Carrancá y Rivas, les ejemplificó un caso.

La disyuntiva del artículo 312 del Código Penal Federal, que a la letra dice:

“El que prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años”.

“Entonces pensar y razonar implican un equilibrio, debe haberlo, está representado en nuestra carrera por el fiel de la balanza, para no caer en el torbellino de las aberraciones”.

Al final, les pidió escuchar la voz de la conciencia; y no siempre servir al mejor postor.

Oscar González